UN DÍA EN EL ZOOLÓGICO
- Valeria Riofrío
- 6 ago 2015
- 2 Min. de lectura

A 3 kilómetros del centro de la urbe, al norte de la ciudad en el Parque Lineal “Orillas del Zamora”, se puede observar la tierra de animales enjaulados, pero ni siquiera el terreno y la vegetación que existe es suficiente para esconder el ruido que nos recuerda que estamos en la ciudad.
Hace apenas unos días, un desfile de familias cruzaban la entrada del parque con diferentes opiniones sobre el lugar de esparcimiento: “Algunos salen quejándose de que no les gusta ver a los animales encerrados en espacios tan pequeños. Otros, más bien, piensan que el lugar ha mejorado mucho en comparación a como estaba antes. Lo que sí sé es que lo domingos se suele llenar a montones”, dice María España.
Este es un sitio con once años de antigüedad visitado por muchas personas desde extranjeros, niños, jóvenesy hasta bisabuelos.
Es un lugar de esparcimiento y aprendizaje para niños, adolescentes y adultos que quieran conocer la variedad de animales existentes en nuestro zoológico, dando así lugar a este hermoso paraíso natural ubicado en nuestra ciudad., indica Carlos Benítez.
Los carteles con los nombres de cada especie son la única guía de la visita que hacen los ojos curiosos cuando se acercan a las jaulas, buscando en cuál esquina descansa el animal que vive adentro.

Hay animales que comen las mismas frutas que se sirven en los restaurantes cinco estrellas. Por lo menos los animales del Zoológico tienen esa suerte, comen manjares exquisitos para que puedan soportar el cautiverio, quizá esta sea la manera de recompensar el hecho de ser objetos destinados al placer ajeno, preservándolos para ello, según el encargado del lugar.
El sendero principal lleva a los visitantes frente al hogar de las tortugas que con su lentitud hacen que lo niños griten que se mueva, frente a esta se encuentran las culebras que al igual que con las tortugas se mueven con lentitud y también se esconden en las esquinas o en ramas de árboles que no se las puede diferenciar,el área de los venados y el pavo real que cuando abre sus plumas nuestra un gran espectáculo con una gran tonalidad, luego vemos una área que comparten algunas aves con su colorido color y cantar llaman toda la atención de los visitantes , por fin, nos dirige hacia la emoción principal de los niños que ellos les llaman gatos grandes los leones que con su rugir estremecen la piel .

Seguidamente notamos el sendero que nos dirige al habitad de la danta, donde ella demuestra su agrado al ver los visitantes, corriendo por todo lado de su habitad e introduciéndose en su pequeña laguna. Por último encontramos el hogar de los monos, que con su gracia y movimientos nos tienen encantados observándolos mientras juegan entre las ramas de los árboles, pidiendo comida estirando su extremidad superior y otros durmiendo en una posición graciosa.
La visita al zoológico no excluye clases sociales. Por los mismos costos adultos 0.50 centavos de dólar y los niños 25 centavos, se compra tanto el derecho de visita de una familia con cámaras nuevas y lentes, como la entrada del grupo de mamá, papá e hijos para compartir una tarde amena en familia.
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